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Al parecer la salida del Seremi de Justicia de Magallanes, Ronald Klesse, fue la punta de lanza de un desmoronamiento interno del Gobierno Regional que ahora apunta sus dardos contra el intendente Arturo Storaker.

Todo esto tiene su base en actuaciones reñidas con la transparencia y la probidad en las que se estarían viendo involucrados los personeros más cercanos al Intendente.

La historia comienza con una denuncia realizada por los contratos que se firmaron con la empresa Rayen, que fuera contratada para limpiar las calles de Punta Arenas, tras el desborde y posterior aluvión del Río Las Minas en marzo pasado. Razón por la cual se entregaron los antecedentes a la Justicia quien deberá determinar responsabilidades en esta materia.

Por todo el ruido mediático que ha causado el Caso Rayén, el consejero regional Karim Bianchi solicitó en la última sesión del CORE que verifiquen cuántos recursos utilizó la Intendencia para la limpieza de la ciudad.

Por todo esto, el mismo Consejero, exigió la renuncia del intendente Storaker señalando que no son los mandos medios quienes deben dar la cara, sino que la máxima autoridad regional.