[Opinión] ¿En necesario votar por la sustentabilidad?

[Opinión] ¿En necesario votar por la sustentabilidad?

23 Agosto 2013

Nos encontramos frente a la paradoja de un país que crece en términos macroeconómicos, pero en el que una buena parte de sus ciudadanos se siente excluida de los beneficios de esa prosperidad: en educación, salud y remuneraciones, principalmente.

Ignacio Larraechea >
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En un año de elecciones presidenciales y parlamentarias, y ante la evidente tensión entre fuerzas que demandan cambios y aquellas que se instalan en la conservación de los logros, se hace imperiosa la necesidad de que quienes aspiran a gobernar nuestro país nos presenten una mirada integral y de largo plazo, más allá de las soluciones urgentes o aquellas que rinden votos. 

En este contexto, vale la pena recordar que la Comisión Brundtland, por encargo de la ONU en 1987, emitió un reporte en que hacía un llamado a la acción para enfrentar problemas que ya existían en el planeta y, de no tomarse medidas, se acrecentarían. Problemas tales como la desigualdad económica y social (reducir los niveles de pobreza, mejorar el nivel de la educación), generar una mejor distribución mundial de los alimentos, prevenir la pérdida de biodiversidad en flora y fauna, abastecer adecuadamente al mundo de energía (crecientemente de fuentes renovables), controlar la contaminación ambiental provocada por la industria y hacer frente al reto que significa la mitad de la humanidad habitando en centros urbanos.

El llamado que hizo la ONU en ese entonces fue a optar por un modelo de Desarrollo Sustentableen que se armonicen la explotación de los recursos, la dirección de las inversiones con cambios tecnológicos e institucionales. En suma, “a garantizar las necesidades del presente sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras”.

Varios de esos desafíos están presentes en el Chile de hoy y son parte de nuestra agenda política, de las demandas sociales y algunos ya están en los programas de los candidatos a la Presidencia y al Parlamento. Nos encontramos frente a la paradoja de un país que crece en términos macroeconómicos, pero en el que una buena parte de sus ciudadanos se siente excluida de los beneficios de esa prosperidad: en educación, salud y remuneraciones, principalmente. Somos un país que por sus características institucionales y económicas es atractivo para las inversiones, pero varias de ellas no se han podido concretar por no contar con la confianza, sino más bien la oposición de comunidades y grupos ambientalistas. 

Estos temas no están aislados entre sí. Desde la mirada de la sustentabilidad, todos están vinculados, pues cuando una de estas dimensiones se desarrolla a costa de la otra, se producen desequilibrios y estancamiento.