Cómo sacar auténtico provecho de este nuevo año

Cómo sacar auténtico provecho de este nuevo año

14 Enero 2012

"Ciertamente ninguno ha estado libre de altibajos. No siempre durante el año que ha terminado sucedieron las cosas como nos habíamos imaginado"

Juan Lama Ortega >
authenticated user Corresponsal

Un nuevo año ha comenzado y muchos piensan: “ojala sea mejor que el pasado”. Ciertamente ninguno ha estado libre de altibajos. No siempre durante el año que ha terminado sucedieron las cosas como nos habíamos imaginado, incluso en ocasiones nos sentimos solos y desesperados. Es posible que hayamos sentido que de verdad no fue un buen año.

La mayoría de las personas pensamos que el año nuevo nos puede volver a traer cosas imprevistas o tal vez no deseadas, y nos preguntaremos: ¿por qué me ocurre todo precisamente a mí?  Para dar respuesta a éstas preguntas nos ayuda un párrafo del libro «Pensamientos para un buen año nuevo», donde leemos: «La persona que a comienzos del nuevo año haya recapacitado y comprendido que según La Ley de Siembra y Cosecha, todo lo que a cada uno le pasa es justo, irá confiando más y más en Dios, porque la justicia está en la corriente del amor. Ella no ataca, sino que equilibra. Quien reconozca la ley del equilibrio, que conduce a la libertad, sabrá también que es necesaria para que los hombres y las almas vuelvan a encontrar el camino a la Ley Universal, la eterna ley del amor, Dios.

La ley del equilibrio, es una legitimidad irremediable para cada persona que haya creado causas contra su prójimo, contra la naturaleza o contra Dios.  Se trata de una ley que en ocasiones no es fácil de aceptar. Muchos solemos preguntarnos: ¿Entonces tengo que soportar necesariamente los efectos de mis malos comportamientos? ¿Es imposible salir de este mecanismo que parece una prisión, o hay posibilidad de eludirlo? No hay nada que no tenga solución. Ciertamente estamos atados a la ley de Causa y Efecto, pero cada día tenemos la ayuda para reconocer a tiempo las causas que hemos creado, antes de que éstas lleguen a sus efectos. Para ello hay que buscar y sacar la raíz de nuestras causas poniéndolas en orden, entonces tampoco nos llegarán los efectos.

Si hemos actuado mal contra nuestro prójimo, deberíamos arrepentirnos de ello y pedir perdón. Si alguien nos ha ofendido o herido, deberíamos perdonarle de verdad. Y si ya no tenemos más resquemores, también ya estará sacada la raíz del alma. Cada día tiene su lenguaje en las muchas situaciones y pensamientos, es por tanto nuestro día, y cada día experimentamos cosas que pueden causar en nosotros una vivencia esclarecedora. Si cuestionamos con sinceridad lo que pensamos, lo que vemos, lo que nos altera, o lo que nos ocupa de nuestro pasado, si nos cuestionamos en cada caso y si con la ayuda de la fuerza de Dios extraemos la raíz de nuestro comportamiento erróneo, entonces no sólo no volveremos a recaer en lo mismo, sino que nos volvemos más felices y plenos.

Por lo tanto todo lo desagradable que salió a nuestro encuentro el año pasado, nos quería decir algo; podría decirse que todo fue y es un espejo de nosotros mismos. ¿Somos capaces de aceptar este reto? ¿Queremos tomar en cuenta esas indicaciones?  Si es que sí, podremos sacar provecho del año y de cada nuevo día, porque cada día contiene la fuerza para cambiar y la ayuda de Dios.

www.radio-santec.com