Columna de Opinión: La influencia negativa del occidente cristiano

04 Septiembre 2011

Jesús no fundó ni iglesias ni catedrales, tampoco habló de misas repetitivas cargadas de rituales y liturgia sin contenido interno alguno.

Juan Lama Ortega >
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Los ciudadanos de los países occidentales están muy orgullosos de que el llamado Occidente cristia­no haya determinado en gran medida la forma de vida en esta Tierra. ¿Pero en qué ha consistido dicha influencia? El supuesto occidente cristiano ha ren­di­do homenaje al culto idólatra de los sacerdotes, ultrajando de forma brutal a los animales, a las plantas y a la Madre Tierra. Pero todo eso está llegando a su fin, pues la Tierra se rebela. Quien observa y analiza es­tas correlaciones, llegará necesariamente a la con­clusión de que el mayor delito de este culto pagano consiste en haber ocultado y no ense­ña­do la unidad entre el ser humano, la na­tu­raleza y los animales, a pesar de que Jesús hace 2000 años vivió y ense­ñó con Su ejemplo la paz, el amor y la unidad de to­­do lo que vive.

Tampoco ha tenido sentido la “obligación” de tener que asistir una vez a la semana a misa. Muchísimas personas han ido semana tras semana, año tras año al oficio religioso, sin embargo actualmente las iglesias están cada vez más vacías, ¿entonces de qué han servido las misas y las innumerables oraciones de los feligreses? Todo eso ha enriquecido a las Iglesias y ha em­pobrecido a los fieles y ha traído el menosprecio total por todo lo que vive. El ser humano de hecho aún no ha empezado a tomar la responsabilidad por sí mismo ni a dar cuenta de su vida ante las leyes de Dios.

¿Y por qué? Porque en las Iglesias institucionales se dice que la fe por sí sola es suficiente. Pero eso no es así y la prue­ba está ante nosotros. ¿Han mejorado acaso este mundo las incontables misas durante siglos?, ¿de qué han servido los muchos santos a los que millones de fieles les rezan?, ¿Está acaso la gente más sana? ¿Está sana la Madre Tierra? ¿Es más pacífico el ser humano? No. Está peor que nunca.

Jesús no fundó ni iglesias ni catedrales, tampoco habló de misas repetitivas cargadas de rituales y liturgia sin contenido interno alguno.

Lo que Jesús dijo en aquel entonces lo ha estado ma­nifestando nuevamente en la actualidad desde hace más de 35 años a través de la palabra profética  de Gabriela de Wursburg.

 El siguiente párrafo lo ilustra: «Siendo Jesús de Nazaret, enseñé a las personas que que­rían seguirme a que fueran a un aposento tranquilo, lo que quiere decir, que buscasen un lugar tranquilo en el que pudieran estar a solas consigo mismas y con Dios, su Padre eterno. Este lugar tranquilo en la actualidad es más necesario que nunca, pues este mundo se ha vuelto cada vez más ruidoso, más agitado y brutal. También la naturaleza ofrece sosiego e interiorización a las personas que quieren dirigirse hacia el interior, al Espíritu del Cristo de Dios, que Soy Yo en el Padre. Quien se esfuerza por llegar a Dios y estar a solas con El y con Su creación,  experimenta en la naturaleza, lejos del barullo y del estrépito ruidoso del ego humano, la vida que palpita, El Espíritu del infinito.»

De la publicación: “Más cerca de Dios en ti”

Juan Lama Ortega

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Foto: Por Elton Melo en Flickr