La prevalencia estimada de Hepatitis C en Chile alcanza a unas 50 mil personas. Sin embargo, solamente 5 mil están diagnosticadas a lo largo de todo el país. Por esta razón, la Asociación Chilena de Hepatología busca concientizar sobre la necesidad de mejorar la pesquisa y que la población sepa que puede realizarse un simple examen de sangre para detectar el virus e iniciar un tratamiento a tiempo.

“El subdiagnóstico puede llegar a ser muy grave en un país como el nuestro, ya que eso significa no tener data real para políticas públicas o tratamientos efectivos. Por eso, como asociación creemos que sólo se podrá dar un salto real en su diagnóstico aplicando un tamizaje más riguroso en la población que tiene una prevalencia más alta: personas con factores de riesgo y en todos los mayores de 50 años”, explica el Dr. Francisco Fuster, Presidente de la Asociación Chilena de Hepatología.

Las condiciones de riesgo principales son las transfusiones sanguíneas previas al año 1995, la drogadicción endovenosa, la hemodiálisis, los tatuajes y la homosexualidad masculina.

La Hepatitis C es una enfermedad silenciosa que tiene tratamiento e, incluso, las nuevas terapias la pueden curar definitivamente, pero para ello las personas deben saber a tiempo que la padecen. Esta patología es una causa importante de carga de enfermedad en chilenos en edad laboral y representa una de las causas más frecuentes de cirrosis y de trasplante hepático.

La hepatitis viral – un grupo de enfermedades infecciosas que comprende las hepatitis A, B, C, D y E – afecta a millones de personas en todo el mundo, puesto que provoca hepatopatías agudas y crónicas. En el mundo, causa casi tantas muertes como el sida. Anualmente 1,4 millones de de personas pierden la vida producto de esta patología que actualmente puede ser prevenida y tratada, especialmente en sus variedades, B y C que son responsables del 90% de los fallecimientos.